California pretende construir un AVE San Francisco – Los Angeles, a ponerse en marcha en ¡¡2029!! Con la orografía americana, parece mentira que no se haya hecho antes, ¿verdad? Pues ayer llega Elon Musk, fundador de paypal, tesla y space x (es decir, inventor que ha revolucionado los pagos online, los coches y las operaciones espaciales, nada menos. Tengo pendientes entradas detalladas de cada uno de ellos, por cierto); el caso es que llega y nos dice a todos (sobre todo a los españoles) que estamos obsoletos.
Musk nos pormenoriza una alternativa real con posible implementación a corto plazo: El tren de alta velocidad Hyperloop. ¿En qué consiste? Básicamente es un tubo donde se extrae el aire para crear una muy baja presión (un vacío total sería demasiado caro de mantener) y por el que circulan pequeños trenes suspendidos en un cojín de aire, y acelerados por un motor eléctrico. Algo parecido a esos que usan en los centros comerciales para transportar el dinero desde las cajas, pero a lo grande, claro. ¿Y a qué velocidad? Pues nada, para ahorrarnos las molestias de romper la barrera del sonido, nos quedamos «sólo» en unos 1200 km/h. 0,9 Mach, si eres aficionado a los aviones. 35 minutos entre San Francisco y Los Ángeles, que es poco menos que la distancia entre Madrid y Barcelona. Cómodamente sentado en tu asiento, ó bien carga tu coche en el vagón de tren, cual ferry express. Sí, también valdría para transportar carga.
¿Suena a ciencia ficción? Bueno, como el AVE hace 20 años, ¿no? Veamos los puntos clave de la tecnología:
La atmósfera de semivacío hace que el impulso necesario sea relativamente escaso, por la ausencia de rozamiento. De hecho se acelera con impulsores eléctricos situados en las estaciones, así como impulsores de refuerzo cada varias decenas de kilómetros, para recuperar lo perdido con el rozamiento. Para frenar el mecanismo es el mismo. La energía ¿de dónde la obtenemos? Placas solares distribuidas por todo el tubo serían suficientes para suministrar toda la energía necesaria (claro que 600 km de placas son unas cuantas). Además sería necesario que las cápsulas incorporaran un compresor, operado por baterías, para mantener «pegada» la cápsula como los alerones de la fórmula 1 y que pueda conservar la velocidad.
Sería por tanto barato de mantener. Nulo aporte energético externo (salvo quizás en invierno donde habría que complementar las placas por el menor número de horas de sol) y maquinaria relativamente estándar (bombas de vacío, inductores, etc). Toda la tecnología está ya disponible.
Y en cuanto a la operación, es lo que más me maravilla, la sencillez. Para viajes de tan corta duración, las cápsulas serían pequeñas, unas treinta personas, y con unas salidas escalonadas cada dos minutos (incluso menos en las horas punta) de modo que parece que estás cogiendo el metro. Sin reservas, colas ni retrasos. Sale según se llena. Pasas el control de seguridad, cargas tus dos maletas y a viajar. Desde el centro de Madrid al de Barcelona en menos de 40 minutos. Se redefiniría el concepto de distancias.
Y la infraestructura necesaria, sería ridícula en comparación con el ave. Al ir sobre unos pilones que podrían colocarse sobre las actuales carreteras ó lineas de tren, ahorras el principal coste: Las expropiaciones. Fácil de construir, sólo hay que vigilar que los radios de giro tienen que ser grandes, mayores que en el tren convencional, ya que a las velocidades a las que se viaja se experimentarían gravedades como en una montaña rusa (se prevén aceleraciones de hasta 1g, que no está mal).
Musk calcula un precio por billete sin subsidios, suficiente para cubrir los costes operativos y recuperar incluso en 20 años la inversión realizada, suponiendo menos de 8 millones de pasajeros/año, de sólo 20 dolares, es decir 15 euros. De locos. Incluso aunque los costes se dispararan como sólo sabemos hacerlo en España, la rentabilidad estaría más que asegurada.
Queda muchísimo por hacer, desde luego. Musk ha sembrado sólo una semilla, y aunque no descarta realizar un prototipo que demuestre la validez de la tecnología, no puede descuidar sus otras dos revoluciones, Tesla y Space X. Está generando desde luego mucha repercusión en los medios para ser sólo una presentación. Tanto como para tener ya detractores (que por otra parte parece que no se han leído del todo su documento, digo yo). Por otro lado hay una empresa, ET3, que está proponiendo algo parecido. El futuro, desde luego, ya está aquí.
Con la excusa de la crisis y la falta de inversión, no veremos esto hasta dentro de muuuucho, pero yo creo que este tipo de transporte debería ser una realidad en veinte años ¿Qué opináis vosotros?